Y ya que hemos empezado con alguna comida oriental, cómo no vamos a probar los rollitos de primavera... ¡Me encantan!
Esta vez el relleno será de verduras. Pero, como digo siempre, los gustos de cada uno nos darán variedad de opciones pudiendo acompañarlas de carnes o pescados picados.
La masa, al igual que la salsa agridulce, podemos encontrarla ya preparada pero a pesar de ser más cómodo y rápido, a mí me gusta más prepararlas en casa. Así que adelante...
Ingredientes para el relleno:
Col china (en sustitución cualquier tipo de col o repollo)
2 zanahorias
1 cebolla
Brotes de soja tiernos
Dos cucharadas de salsa de soja
Jenjibre en polvo
Cortamos todas las verduras en juliana y las pochamos con muy poquito aceite y sal. Añadimos los brotes de soja y dejamos hacer unos minutos.
Incorporamos dos dedos de agua y la soja dejando evaporar todo el líquido. Incorporamos el jenjibre y reservamos.
Ingredientes para la salsa:
El jugo de una lata pequeña de piña (225 gramos)
200 ml. de agua
65 gramos de azúcar
65 ml. de vinagre blanco o de manzana
1 cucharadita de Maizena
1 pizca de sal
Colorantes rojo y amarillo
Ponemos a calentar, sin dejar de remover, todos los ingredientes excepto la Maizena y un par de cucharadas de agua.
Desleímos la Maizena en el agua, evitando que nos queden grumos, y cuando la mezcla que tenemos al fuego vaya a romper el hervor, incorporamos y seguimos removiendo. Apartamos del fuego y la pasamos a un recipiente que meteremos a enfriar en la nevera.
Una vez frío podemos añadir el colorante. Lo haremos gota a gota hasta obtener el color que deseamos.
En este caso, con tres gotas del colorante rojo ha sido suficiente sin necesidad de mezclar con el amarillo.
Ingredientes para la masa:
1 vaso de agua
1 vaso de harina
1 cucharadita de sal
Con estos ingredientes elaboramos una masa con la batidora.

Estará lista cuando veamos que empiezan a separarse los bordes. La retiramos a un plato y cubriremos con papel de aluminio.
Y no tenemos más que rellenar, cerrar y freir...
En el centro de la hoja brik colocamos un poco de nuestro relleno.
Doblamos de tal modo que nos quede cubierto el relleno, pintamos los bordes con un poco de huevo batido y volvemos a cerrar los laterales hacia el centro para acabar envolviendo todo el rollito.
Freímos en abundante aceite bien caliente y ponemos a escurrir el exceso sobre un papel absorbente.
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